Prevenir Lesiones Musculoesqueléticas (LME) es una tarea clave en las organizaciones de prácticamente cualquier sector económico, ya que en muchos casos puede ser considerado como un riesgo prioritario que puede afectar a los trabajadores. Por ello, en este artículo te presentaremos algunos aspectos que pueden ayudarte en el control de este riesgo biomecánico.
Las LME pueden afectar a cualquier persona, pero son particularmente comunes en aquellos que realizan trabajos que implican levantar objetos pesados, movimientos repetitivos, posturas incómodas o prolongadas, vibraciones, entre otros factores de riesgo. Algunos ejemplos de LME incluyen: tendinitis, síndrome del túnel carpiano, bursitis, epicondilitis, lumbalgia, hernia discal, esguince y fractura, entre otras enfermedades laborales comunes.
Para controlar adecuadamente los riesgos laborales por lesiones musculoesqueléticas, es recomendable considerar las siguientes pautas dentro del sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo:
Identifica los factores de riesgo en el lugar de trabajo que pueden contribuir a la aparición de LME, como la carga física, posturas incómodas y movimientos repetitivos, entre otros. Para ello, lo más recomendable es mantener la matriz de identificación de peligros y valoración de riesgos ajustada en cada uno de los cargos, con los factores de riesgo categorizados como biomecánicos. De esta manera, se puede tener claridad tanto de las medidas de acción que ya se han implementado en la empresa, como también de aquellos factores de intervención complementaria de acuerdo con los niveles de exposición y deficiencias que se puedan presentar.
Capacita a los trabajadores sobre cómo realizar sus tareas de manera segura y saludable, incluyendo técnicas de levantamiento de cargas, posturas correctas y uso adecuado de herramientas y equipos. Estas acciones pueden representar una medida de acción con la cual se busca sensibilizar a los trabajadores respecto a las diferentes consecuencias que se pueden manifestar, logrando un impacto positivo con el autocuidado de los trabajadores.
Promueve la realización de pausas activas o gimnasia laboral durante la jornada laboral, en las cuales se realizan ejercicios y estiramientos para reducir la tensión muscular y prevenir la aparición de LME. Cabe agregar que, si bien puede ser una medida de intervención adecuada, requiere de la participación de todo el personal. Por esto, te recomendamos nuestra app de pausas activas para poder facilitar estas acciones.
Asegúrate de que los equipos de protección personal (EPP) y los elementos ergonómicos estén disponibles y sean utilizados correctamente, y que se sigan las normas de seguridad establecidas según el impacto que se busque reducir de los riesgos presentados. Como medida a tener en cuenta con la entrega de este tipo de elementos a los trabajadores, es contar con un registro en el cual los trabajadores aceptan haber recibido estos elementos y también se comprometen a darle un adecuado uso para controlar los riesgos.
Fomenta la comunicación entre los trabajadores y la dirección para que puedan reportar cualquier problema de salud o riesgo de LME en el lugar de trabajo. De manera complementaria a un programa de autoreporte de riesgos, se puede considerar la participación de los trabajadores de forma individual para facilitar el proceso de identificación y control de riesgos biomecánicos. Para ello, lo más apropiado es que el COPASST o Vigía SST desarrollen distintas campañas en las que los trabajadores reconozcan que pueden informar respecto a las condiciones ergonómicas que presenten algún tipo de anomalía para poder tomar acciones al respecto.
Realizar evaluaciones y mediciones periódicas mediante inspecciones o análisis de puestos de trabajo puede ser una medida efectiva para identificar posibles mejoras y asegurarse de que las medidas implementadas están siendo efectivas para prevenir LME.
La intervención de los riesgos biomecánicos en las empresas es fundamental para garantizar la salud y seguridad de los trabajadores. Al identificar y controlar estos riesgos, se reduce la probabilidad de lesiones musculoesqueléticas (LME) y se mejora el bienestar y la productividad de los empleados. Además, esto contribuye a la prevención de costos asociados con la atención médica, ausentismo laboral y posibles demandas legales.
Los trabajadores tienen un rol activo en la prevención de LME y deben comunicar de manera honesta y completa sus condiciones de salud en los exámenes ocupacionales. Esto permite a los médicos y empleadores obtener información valiosa para implementar medidas preventivas y correctivas adecuadas, adaptadas a las necesidades específicas de cada trabajador.
Es importante reconocer que los riesgos biomecánicos no se limitan a los trabajadores operativos, sino que también afectan a aquellos en cargos administrativos. Por lo tanto, las intervenciones para prevenir LME deben aplicarse en todos los niveles y áreas de la empresa, incluyendo el diseño ergonómico de puestos de trabajo, capacitación, pausas activas y promoción de hábitos saludables.
El teletrabajo ha cambiado la forma en que muchas personas desempeñan sus labores, lo que ha generado nuevos desafíos en la prevención de LME. La falta de un entorno de trabajo adecuado en casa puede contribuir a la aparición de lesiones, por lo que es crucial que tanto empleadores como trabajadores tomen medidas para garantizar la ergonomía y el autocuidado en el hogar.
La intervención temprana en el riesgo por lesiones musculoesqueléticas es crucial para prevenir complicaciones a largo plazo y reducir los costos asociados con el tratamiento y rehabilitación. Al detectar y abordar los riesgos biomecánicos de manera oportuna, se pueden implementar medidas preventivas y correctivas que protejan la salud de los trabajadores y mejoren su calidad de vida.
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